No habrán coches voladores, ni gigantescas pantallas con geishas anunciando café, pero sí que encontraremos algunas innovaciones que harán nuestras vidas un poco más cómodas y serán más respetuosas con el medioambiente.
Con cada vez más gente yendo a vivir a las ciudades, éstas han de ir evolucionando para que la densidad de población no las haga inhabitables. Por suerte, la tecnología está al quite, y propone nuevas maneras de hacer que, con pequeños cambios, la calidad de la vida urbana sea cada día un poco mayor.
Además, las grandes urbes demandan cantidades cada vez más grandes de energía eléctrica, por lo que es más que natural que algunos de los avances que veamos en los próximos años vayan relacionados con la sostenibilidad y la generación de energía eléctrica o su ahorro.
Veamos cinco de los avances que posiblemente veamos en nuestras ciudades en los próximos años.
Patines eléctricos
No tenemos nada en contra de los servicios de alquiler de bicicletas que se han implantado en muchas ciudades, al contrario. Sin embargo, hay mucha gente que por vestuario o porque tienen una reunión a la que no pueden llegar sudando, no pueden aprovechar este medio de transporte.
Lo ideal sería algo parecido a un "Segway", en el que podemos ir de pie y se mueve a las mil maravillas por la ciudad. Sin embargo, su coste es prohibitivo, y seguramente desaparecerían a un ritmo alarmante.
La solución parece clara: puntos de alquiler para patinetes eléctricos. Estos vehículos son pequeños, prácticos, son fáciles de llevar, consumen poco, y su fabricación es tremendamente barata. Si se dispusiera de puntos de alquiler/recarga repartidos por toda la ciudad, lo difícil sería ver a alguien caminando, y mucha gente optaría por utilizarlos como medio de transporte preferido para distancias cortas y medias, dejando el coche en casa.
Sistemas automáticos solares
Ya vemos muchas señales de tráfico o teléfonos de emergencia en las autopistas que incorporan un pequeño panel solar para poder funcionar de manera autónoma. El siguiente paso es conseguir que sistemas como los compactadores de basuras u otros que tienen un consumo eléctrico mayor puedan funcionar con este tipo de energía.
La introducción de nuevas placas solares más eficientes y baterías de carga rápida parecen indicar que veremos cada vez más sistemas alimentados por energía solar en nuestras ciudades.
También en casa
Se puede dar una circunstancia bastante paradójica si, en un futuro, se implantan las placas solares de uso doméstico (además de las instaladas en los terrados de los edificios), ya que si las ponemos en nuestras ventanas, habrá quien se queje del impacto visual de miles de placas en las fachadas, tal como sucedió con el "boom" de las antenas parabólicas.
Sin embargo, habrá que llegar a un compromiso entre la estética y la sostenibilidad, dado que si podemos conseguir aprovechar al máximo la energía solar que llega a nuestra casa, podemos hacer una concesión en temas de urbanismo... como mínimo hasta que se encuentre la manera de integrarlas mejor con el diseño de los edificios.
Usa sólo lo que necesitas
Uno de los principales problemas respecto al consumo eléctrico de las ciudades es la iluminación nocturna. Las farolas quedan encendidas toda la noche pese a que no haya nadie por la calle, lo cual es un gasto innecesario de energía. Además, supone una fuente de contaminación lumínica muy importante.
La solución ya existe y funciona en varios municipios alemanes. La idea es sencilla: llevar el móvil encima y si queremos que se activen las luces, enviar un SMS gratuito a un número que figura claramente en una farola iluminada. Si bien no es un sistema perfecto (requiere que llevemos un teléfono móvil encima en todo momento), es un buen comienzo que reduce significativamente el consumo eléctrico nocturno de la ciudad.
Mensajería automática
Aunque puede parecer ciencia ficción, lo cierto es que la tecnología existe y es posible que no tardemos demasiado en ver artilugios volantes que lleven pequeños paquetes de un punto de la ciudad a otra sin necesidad de tener a un operario controlándolos en todo momento.
Gracias a la mayor potencia y menor consumo de los motores eléctricos de radiocontrol, los sistemas de estabilización automática, y el sistema de posicionamiento por satélite o incluso por antenas de móvil, se puede programar un vehículo aéreo para que lleve un pequeño paquete o sobre de un punto A a un punto B dentro de la misma ciudad en poco tiempo.