
El proyecto de ley exceptúa del programa a 2000 hogares situados en la periferia geográfica, como por ejemplo islas.
El proyecto de ley no contempla la instalación de Internet en los hogares propiamente tales, sino que el acceso a Internet de banda ancha no deberá estar situado a más de dos kilómetros de cada domicilio.
Finlandia no es el primer país que garantiza a sus ciudadanos el derecho una conexión a Internet. Desde 2008, los suizos han tenido derecho a una conexión de 600 Kbit/s de bajada y 100 Kbit/s de subida, como parte de los servicios básicos garantizados.
En Australia, en tanto, existe la denominada "garantía de banda ancha", en que los habitantes tienen derecho a una conexión de 512/128 Kbit/s, a un precio que no puede exceder los 50 dólares australianos.