martes, junio 05, 2007

Ya no tan lejos de la ficción

La tecnología de la serie Star Trek, hoy en día
A finales de los 60, el mundo soñaba con el cosmos gracias a la carrera espacial entre rusos y americanos. Y de entre las series que aparecieron, una destacó por su mezcla de utopía con avances tecnológicos que parecía que existirían en un futuro próximo. Hoy en día, muchos son realidad cotidiana, y otros se van acercando rápidamente.
Seguro que todos recordamos al Capitán Kirk, al Señor Spock, o al Doctor McCoy, pero además de los guiones e interpretaciones de los actores, la serie original, y posteriormente las películas y series más modernas (La Nueva Generación, Espacio Profundo 9, Voyager, y Enterprise), Star Trek es un sueño para los amantes de la tecnología, con gadgets y ambiente tecnofuturista en cada escena a bordo de la USS Enterprise.
Vamos a ver algunas de las tecnologías que se idearon por primera vez en los años 60 y cómo algunas ya son parte de nuestro día a día, mientras que otras siguen siendo ciencia ficción.
IntercomunicadorÉste es de los fáciles. No sólo ya tenemos nuestros "intercomunicadores", también conocidos vulgarmente como "teléfonos móviles", sino que uno de los primeros modelos de Motorola, de gran éxito (StarTAC), está basado en el diseño del intercomunicador de la serie.
Está claro que esos intercomunicadores tenían mucha mejor cobertura, ya que tenían que establecer una comunicación con una nave en órbita, pero también existen teléfonos vía satélite que cumplen esa función, y aunque sean caros, nadie dice que la tecnología en Star Trek tuviera que ser barata, ¿no?
ReplicadoresIntroducidos en la serie "La Nueva Generación", los replicadores reducían la necesidad de llevar comida o bebida en el barco. Basándose en que se puede convertir energía en materia y materia en energía, combinado con que gracias a la enormemente avanzada tecnología computacional se pueden tener instrucciones precisas de cómo construir cualquier estructura a cualquier escala, sencilla o compleja, estos aparatos podían crear de la nada cualquier objeto, bebida, o comida.
Obviamente, estamos lejos de poder replicar un pollo, pero las nuevas impresoras en 3D pueden construir objetos complejos (con engranajes internos) en plástico inyectado o en yeso, consiguiendo resultados asombrosos. Esta tecnología avanza rápidamente, por lo que no nos cuesta imaginar que en un futuro no muy lejano podamos pedirle a una máquina que nos construya un jarrón que sea exactamente como nosotros queremos, tanto en material, forma, como decoración. El pollo tendrá que esperar.
Tecnología médicaYa desde el primer episodio emitido de la serie, podemos ver como el doctor de la nave cura a los enfermos con aparatos que no necesitan de bisturí ni sutura para llegar al origen de la dolencia. Hoy en día, tenemos decenas de aplicaciones no invasivas, ya sea para el diagnóstico como para el tratamiento.
Así, tenemos resonancias magnéticas, desintegración de cálculos biliares por ultrasonidos, ecografías, radioterapia, y un larguísimo etcétera. Todavía estamos lejos de poder prescindir de la cirugía, pero estamos dando pasos hacia una medicina que cause el menor estrés posible sobre el cuerpo humano.
De igual manera, los "tricorder", o sensores portátiles que podían detectar de todo a pesar de tener un reducido tamaño, también tienen su contrapartida en la realidad actual, aunque no son ni tan sensibles, ni tan completos. Disponemos de sensores de movimiento a través de paredes, pequeños radares portátiles, detectores de humo y gas, o prismáticos capaces de detectar formas y procesarlas para su identificación. Sin embargo, todo ello junto en un aparato que no pese más de 10 Kg., sigue siendo ciencia ficción.
TeletransportadorAquí ya comenzamos a alejarnos de la realidad y a meternos de lleno en la palabra "ficción" del término "ciencia ficción". No es que no se esté trabajando sobre ello, aunque de manera bastante tangencial. La comunicación cuántica da pasos de gigante, y hace poco se pudo transmitir información a una distancia superior a los 100 Kilómetros a través de cambios en las propiedades de los átomos a nivel cuántico.
Si bien esto es el principio básico de la teletransportación (transmitir toda la información que forma un objeto a nivel cuántico), hay muchos obstáculos a superar, algunos insalvables. Por ejemplo, la cantidad de información que necesitaríamos para codificar a nivel cuántico un objeto tan simple como un ladrillo supera de mucho el ancho de banda disponible por los sistemas de comunicación más rápidos.
De igual manera, tenemos también el principio de incertidumbre de Heisenberg, que nos viene a decir que si observamos un fenómeno subatómico, estamos influyendo sobre él, por lo que nunca podemos tener toda la información. Además, queda por ver, si finalmente pudiéramos transmitir esa información, si estaríamos transportándonos a otro lugar, o creando una copia de nosotros mismos en otro lugar... ¿deberíamos entonces destruirnos a nosotros mismos en origen?
EnergíaEl gran qué de las tecnologías futuristas: no parecen tener problemas con el suministro de energía. En Star Trek, el secreto de la energía limpia e inagotable se llama "antimateria". Gracias a que en el futuro se podría mantener la antimateria confinada de manera estable, se puede crear un reactor de materia-antimateria, capaz de generar una cantidad millones de veces superior a la que podemos obtener hoy en día con los reactores nucleares de fisión.
Así, las naves pueden "pulular" por el espacio durante años, teniendo como único elemento perecedero el ficticio "dilitio", un cristal que regula la reacción al estilo de las varas de grafito de las centrales actuales. De igual manera, nunca hemos visto recargar una pistola "fáser", ni un intercomunicador, ni un "tricorder", así que suponemos que la tecnología que utilizan acepta la carga por inducción: dejar los objetos encima de una superficie inductiva y listos.
PropulsiónVolvemos a la ciencia ficción, dado que, aunque la propulsión básica "sublumínica" de la serie sería factible en un futuro (un reactor nuclear de fusión), el motor "de curvatura" para ir más allá de la velocidad de la luz es, a todas luces, una utopía. Lo es porque a pesar de que se pudiera crear un generador de campo gravitatorio lo suficientemente potente como para curvar el espacio tiempo, la nave no podría "separarse" de esta dimensión para poder dar el salto sobre el "valle" que habría creado.Sería como un personaje de cómic bidimensional tratando de salir de su hoja de papel.
Lo último que se ha experimentado en tecnología de propulsión espacial son los motores iónicos, que pueden generar una corriente de gas ionizado para propulsarse con un gasto energético ínfimo. Lo bueno es que pueden viajar larguísimas distancias con una aceleración progresiva únicamente limitada por los efectos relativistas a medida que se acerque a la velocidad de la luz. Lo malo es que esa aceleración es terriblemente lenta.
Gravedad artificialOtro de los grandes referentes de la ciencia ficción. A nadie le gusta filmar una serie en la que todos tengan que ir flotando, es muy caro, así que se inventan la gravedad artificial. Claro está que pueden meter un módulo que dé vueltas alrededor de un eje, creando así una aceleración que mantenga a sus ocupantes pegados contra la superficie exterior del módulo, pero entonces no se pueden diseñar naves de formas agresivas y aerodinámicas (lo cual tampoco sirve de nada en el espacio, por cierto).
¿Qué es lo que sabemos hoy en día? Sabemos que, teóricamente, se podrían llegar a generar campos gravitatorios de alta frecuencia. Pero para ello, se deben detectar primero, saber cómo se comportan, su espectro, y después ver cómo demonios se pueden llegar a generar. Para ello, el proyecto conjunto NASA-ESA lanzará en unos años la misión LISA, encargada de detectar ondas gravitatorias.
¿Podremos volar algún día gracias a generadores personales de antigravedad? El tiempo lo dirá.
OrdenadoresLos ordenadores son de lo más avanzado en Star Trek. En teoría pueden gestionar toda una nave interestelar, sin colgarse, y ser capaces de reaccionar ante cualquier fallo o ataque enemigo... a menos que el guión del episodio diga lo contrario, claro está. Lo más visible de los ordenadores de Star Trek es que no necesitan ratón, que pueden utilizarse con reconocimiento de voz, y que disponen de pantallas táctiles multifuncionales (aunque esto último lo vimos ya en "La Nueva Generación").
El ejemplo más cercano a este tipo de ordenadores lo tenemos en el recientemente presentado "Microsoft Surface", una interfaz de usuario táctil que permite que realicemos una vasta variedad de acciones de manera bastante intuitiva.
Queda claro que vamos en la buena dirección, y no nos cuesta imaginarnos como en un futuro no demasiado lejano, podamos utilizar el ordenador sin tener que abrir o cerrar ventanas, y que sea el ordenador el que se adecúe a nuestra forma de actuar, y no al contrario, como pasa en la actualidad.

Via Engadget

Via Xataka