La subasta de dominios puede ser un negocio muy lucrativo. Eso si el ganador de la puja paga lo que pone sobre el papel. Hace seis años, cuando el dinero circulaba sin límites, un grupo de inversores ofreció 14 millones de dólares (10,2 millones de euros) por sex.com, convirtiéndolo en uno de los nombres más preciados en la Red. El dominio vuelve a subastarse el 18 de marzo. Pero no en una web especializada en esas transacciones, sino en el marco de un procedimiento por bancarrota. Sus dueños, la compañía Escom, no pueden devolver a sus acreedores la deuda que asumieron para financiar la compra. Se han escrito hasta libros sobre el cambio de manos de este dominio, cuyo propietario original se dice fue Gary Kremen, fundador de match.com, portal para encontrar pareja. Y a la vista de ese nuevo giro habrá más historias que contar.La firma encargada de la subasta es David R. Maltz Auction, con sede en Manhattan. El interés, dicen, es muy alto. Y la atención mediática mayor. El dominio es el único activo del lote. Pero para poder pujar, el interesado debe cumplir un requisito previo: llevar un cheque certificado por un millón de dólares (731.500 millones de euros). Los responsables de realizar la subasta evitan dar cifras concretas de lo que esperan conseguir.
La plataforma sedo.com, una de las más importantes en el negocio de la compraventa de dominios, explica que son los nombres más descriptivos y genéricos los que ganan valor con el tiempo. Es el caso de vodka.com, que se vendió en 2008 por 3 millones de dólares (2,2 millones de euros). En Estados Unidos, el registro de un dominio se cifra en 10 dólares anuales (7,3 euros). El dominio del sexo ya estuvo en el centro de una batalla legal que duró cinco años, y enfrentó a Gary Kremen y al barón del porno Stephen Cohen. Kremen intento durante años recuperar la propiedad de tan preciada identificación, llevando el caso incluso al Tribunal Supremo de EE UU.
La documentación que acompaña al lote, que puede encontrarse en la web maltzauctions.com, precisa que el nuevo propietario del dominio tendrá los derechos de licencia y de propiedad intelectual para explotar sex.com.
