La dependencia de la televisión, los teléfonos móviles y los ordenadores portátiles puede estar costando mucho a la población en términos de sueño, según un nuevo sondeo realizado en Estados Unidos. “Desgraciadamente, los móviles y los ordenadores, que hacen nuestras vidas más productivas y disfrutables, pueden ser objeto de abusos hasta el punto de contribuir a que la gente duerma menos por la noche”, ha indicado en un comunicado Russell Rosenberg, vicepresidente de la Fundación Nacional del Sueño (NSF, por sus siglas en inglés), con sede en Washington.
Casi el 95% de los encuestados por el estudio de la NSF señaló que usó algún tipo de dispositivo electrónico una hora antes de irse a dormir, y aproximadamente dos tercios admitieron que no habían dormido bastante durante la semana.
Charles Czeisler, de la Escuela Médica Harvard y del Brigham and Women Hospital de Boston, explica que la exposición a luz artificial antes de ir a dormir puede aumentar el estado de alerta y suprimir la liberación de melatonina, la hormona que induce el sueño.
“La tecnología ha invadido el dormitorio”, indica Czeisler en una entrevista. “La invasión de tales tecnologías que nos colocan alerta en el dormitorio puede contribuir a la elevada proporción de encuestados que dijeron que de forma rutinaria dormían menos de lo que necesitaban”.
La tendencia a estar conectado significa que incluso aunque alguien se duerma, luego puede despertarse por el móvil, los mensajes de texto o los correos electrónicos durante la noche. “Uno de cada 10 niños dijeron que se despiertan por mensajes de texto después de haberse ido a la cama. La gente no apaga sus Blackberries”, asegura Czeisler, añadiendo que todo esto se está cobrando horas de sueño.
La generación Z, quienes tienen entre 13 y 18 años, fue el grupo más privado de sueño, con un 22% describiéndose como “somnolientos”, frente a sólo el 9% de los 'baby boomers'. Los expertos recomiendan que los adolescentes duerman 9 horas y 15 minutos por noche, pero los adolescentes tienden a hacerlo una media de 7 horas y 26 minutos entre semana. La falta de sueño afecta negativamente al trabajo, al humor, a la familia, a la conducción, a las relaciones sexuales y a la salud, según la NSF.