Siempre hago la anecdota de una vez que en un programa de radio lleve lo que llame chiPhone y al principio, Pablo Ross con quien hacia el programa no lo notó, pero era una copia casi exacta del primer iphone pero version china, luego de esto he visto pasar varios modelos copiados y el parecido es increíble, ademas como dije en ese momento, depende quien lo tenga en la mano, pasa como un original.
Reportaje
El escaparate de teléfonos móviles está completo. No falta ningún aparato en este pequeño chiringuito del mercado subterráneo de la estación de tren de Shanghái. Frente a él curiosean emigrantes rurales recién llegados con sus petates, pero también jóvenes locales de lo más cool. Todos buscan alguna ganga. Y ahí están el Nokai E-65, el Nokla N-95, y los últimos modelos de Samsang, Samsvng, HTE y NTC. Bajo un foco más potente se encuentra el codiciado iPbone. No. Este texto no está plagado de erratas. Lo que sucede es que la mercancía de este garito es una montaña de electrónica shanzhai. Ese es el término que se utiliza en chino para referirse a los productos, tecnológicos o no, fabricados en el gigante asiático copiando casi al milímetro las especificaciones y el diseño de marcas extranjeras.
Reportaje
El escaparate de teléfonos móviles está completo. No falta ningún aparato en este pequeño chiringuito del mercado subterráneo de la estación de tren de Shanghái. Frente a él curiosean emigrantes rurales recién llegados con sus petates, pero también jóvenes locales de lo más cool. Todos buscan alguna ganga. Y ahí están el Nokai E-65, el Nokla N-95, y los últimos modelos de Samsang, Samsvng, HTE y NTC. Bajo un foco más potente se encuentra el codiciado iPbone. No. Este texto no está plagado de erratas. Lo que sucede es que la mercancía de este garito es una montaña de electrónica shanzhai. Ese es el término que se utiliza en chino para referirse a los productos, tecnológicos o no, fabricados en el gigante asiático copiando casi al milímetro las especificaciones y el diseño de marcas extranjeras.
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| La manzana no esta mordida | 
Con esa última aseveración esta emigrante de la provincia de Hunan se
 refiere a las modificaciones que incluyen los productores locales para 
satisfacer las peculiaridades del mercado chino, el más importante del 
sector de telefonía móvil -supera los mil millones de usuarios-, y uno 
de los más fragmentados del mundo.
“Por ejemplo, mi terminal tiene la posibilidad de introducir dos tarjetas SIM de forma simultánea”, explica.
“Por ejemplo, mi terminal tiene la posibilidad de introducir dos tarjetas SIM de forma simultánea”, explica.
Así, Wang puede intercambiar el número de su provincia natal y el que
 acaba de adquirir en Shanghái sin tener que pasar por el engorro de 
abrir cada vez la tapa trasera del teléfono. De esta forma, evita 
fácilmente pagar de más por las llamadas dependiendo de dónde se 
encuentre. Ahora, en contados modelos, algunos fabricantes 
internacionales incluyen esta característica, que resulta especialmente 
útil para los viajeros que quieren evitar los hachazos del roaming
 haciéndose con una línea local allí donde van, sin por eso dejar 
inoperativa la que utilizan en sus respectivos países. Pero fueron los 
fabricantes shanzhai quienes la idearon.
“Y la forma de escribir los caracteres chinos es mucho más sencilla”,
 apostilla Wang, en referencia a las tres diferentes formas en las que 
puede introducir los ideogramas de su lengua en el móvil. “Los jóvenes 
hemos aprendido pinyin -la transcripción fonética del chino- pero los 
más mayores no, y algunos teléfonos originales solo funcionan con este 
método”. A Wang le trae sin cuidado que la marca de su móvil sea más 
falsa que la sudadera de Adidos y los zapatos de Mike que venden en la 
tienda de al lado, pero no todos son tan condescendientes.
Li Lei quiere un iPhone. Uno que parezca auténtico, no el iPbone ni 
el hiPhone. Y no quiere gastar más de 1.500 yuanes (180 euros), la mitad
 de su sueldo, para conseguirlo. Por eso, inspecciona con cautela el 
iPhone 4S que tiene en sus manos cerca de donde Wang ha comprado su 
Nokla. A cierta distancia, da el pego. La pantalla es más pequeña que la
 del original, pero los detalles están bien cuidados, y el aparato tiene
 buen aspecto. Este sí que es ilegal, y podría ser retirado si algún 
policía realmente prestase atención.
Funciona con un sistema Android Ice Cream Sandwich, y el vendedor 
asegura que su cerebro es veloz; se mueve a 1,2 GHZ. A Li, sin embargo, 
no le convence el precio: 1.700 yuanes (200 euros), después de un duro 
regateo. Para tratar de convencerla, el vendedor se saca de la manga una
 carta del futuro: “Si quieres te dejo por ese precio el iPhone 6S”.
Nadie sabe a ciencia cierta qué cuota de mercado tienen los teléfonos shanzhai
 en China. Se ven en manos de las clases menos adineradas, pero muchos 
extranjeros también los adquieren. No en vano, han ganado presencia 
incluso fuera de las fronteras chinas.
“Los jóvenes hemos aprendido pinyin -la 
transcripción fonética del chino- pero los más mayores no, y algunos 
teléfonos originales solo funcionan con este método”
Tienen buena aceptación en Latinoamérica y África. “Van con acceso a 
Internet, cámaras decentes que permiten quitarles el sonido, y muchas 
aplicaciones divertidas. Por el mismo precio de un smartphone 
chino sólo se puede adquirir un viejo Nokia auténtico con pantalla 
azul”, comenta un comerciante etíope que se suministra en la ciudad de 
Shenzhen.
Pero, sobre todo, los teléfonos shanzhai arrasan en países 
asiáticos como Nepal, Vietnam o Filipinas, donde se venden con la 
etiqueta de ‘China Phone’. “Son baratos, funcionan, y aunque no duran 
mucho, a nadie le importa. La gente cambia tanto de teléfono que no hace
 falta que sobrevivan más de dos años”, comenta una dependienta de un 
puesto de Baguio, ciudad situada al norte de la ex colonia española.
En India, su efecto comienza a preocupar. El gobierno autorizó la 
importación de estos peculiares teléfonos chinos en el tercer trimestre 
de 2010, y fuentes citadas por el diario The Times of India
 consideran que hasta el 50% de los aparatos actualmente en uso podrían 
ser clones chinos. Sobre todo en las zonas rurales, donde un Nokia shanzhai
 de la serie E cuesta menos de 20 euros. Y, por supuesto, los teléfonos 
son sólo la punta del iceberg, porque los fabricantes han puesto ahora 
su mirada en el lucrativo mercado de las tabletas.
Es la avalancha shanzhai.
Es la avalancha shanzhai.
Fuente:Zigor Aldama/El Pais  







