domingo, febrero 04, 2007

¿Son los navegadores GPS peligrosos para la conducción?

Si hacemos un poco de memoria, nos daremos cuenta de que cada cierto tiempo, un avance tecnológico que ha sido adoptado de forma generalizada, sin previo aviso es sometido a una lluvia de críticas, haciendolo causa única de cientos de problemas. En las últimas semanas, les ha tocado a los navegadores GPS para vehículos, hasta el punto de que podrían ser declarados ilegales. Pero ¿son realmente peligrosos?
Pasó con el cine. Pasó con Internet. Y pasará con cualquier tecnología que obnubile a los menos acostumbrados a las nuevas tecnologías. Cuando un avance lo suficientemente revolucionario llega a nuestras vidas, la mayoría tecnológicamente analfabeta (o casi) tiende a mirarlo con recelo, para a continuación convertirlo en su nuevo becerro de oro.Así, no es de extrañar que los timos a través de Internet sigan teniendo un éxito sin parangón, y que ahora los navegadores GPS estén en el ojo del huracán, presuntamente causantes de mil y un accidentes (que al final suelen quedarse en dos o tres a lo sumo).
Y es que cuando en Internet un completo desconocido te pide tus datos bancarios, el recién llegado al fascinante mundo de la tecnología cree que nada malo le puede pasar, ya que, al fin y al cabo, es el "futuro", así que se lo da.De igual manera, si una vocecita preprogramada le dice que gire a la derecha, lo hará sin nisiquiera mirar si existe un muro de hormigón que, ignorando los preceptos del oráculo tecnológico instalado en su vehículo, se opone a sus designios.
Otra de las supuestas causas, más lógica, de accidentes relacionados con los navegadores GPS es la utilización de estos dispositivos en marcha. Si bien es completamente irresponsable ponerse a tocar una pantalla mientras se conduce a 50 Kilómetros por hora, los fabricantes de estos aparatos ya tienen en cuenta el poco cerebro de algunos de sus usuarios, por lo que la inmensa mayoría dispone de un bloqueo que se activa cuando el navegador detecta que el vehículo está en movimiento, impidiendo que podamos introducir datos.
Así que, de nuevo, la tecnología no parece la culpable de los problemas, sino un chivo expiatorio más. El usuario que introduce datos en un navegador GPS en marcha es el mismo que hablará por el móvil aunque esté prohibido o tendrá la mano ocupada en todo momento con un cigarrillo encendido. Eso cuando no está pendiente del CD que tiene que introducir en el reproductor del vehículo.
Eso sí, debemos tener en cuenta las limitaciones de la tecnología a la hora de utilizarla, y los navegadores GPS son, por definirlo con una palabra: "ayudas". En aviación, un controlador aéreo puede dar instrucciones y guiar a un avión hacia el aeropuerto, pero en última instancia, siempre es el piloto, como comandante de la aeronave, el que tiene el poder de decisión de cómo actuar en cada momento para preservar la integridad del aparato y sus ocupantes.En un vehículo es exactamente igual. El navegador es una ayuda que nos da unas instrucciones que podemos seguir o no dependiendo de las condiciones presentes en cada momento, y deben ser tomadas como acciones secundarias a poner en práctica únicamente si la seguridad de la conducción está garantizada.
Además, hay que recordar que si no le hacemos caso, o si nos equivocamos por no prestarle especial atención, éste nos recalculará la ruta para poder llegar a nuestro destino. Y si no, siempre podemos detener el vehículo en el arcén y comprobar la ruta antes de proseguir la marcha.
Como de costumbre, la tecnología no es inherentemente peligrosa, pero puede serlo si hacemos un mal uso de ella. Pero claro, es más fácil prohibir los navegadores GPS que retirar el carnet a los malos conductores.

Via Engadget

Via Xataka